En noviembre de 2024, el Pleno del Ayuntamiento de Cartaya aprobó una iniciativa para mejorar la transparencia y cumplir, de una vez por todas, con la Ley 19/2013 de acceso a la información pública y buen gobierno. Sin embargo, a día de hoy, esa promesa sigue siendo papel mojado. Transparencia cero, especialmente cuando se trata de contratos menores, el gran agujero negro de la gestión municipal.
Los contratos menores son aquellos que pueden adjudicarse a dedo, sin concurso público, y que, precisamente por eso, requieren un mayor control y transparencia. En teoría, el Ayuntamiento debería publicar toda la información sobre estos contratos de forma proactiva y dentro de los plazos legales. Pero en la práctica, la realidad es muy distinta:
Las solicitudes de acceso a contratos menores son sistemáticamente ignoradas o retrasadas.
No se publican los contratos en el Portal de Transparencia, a pesar de ser obligatorio.
Los datos solo aparecen cuando se denuncian ante el Consejo de Transparencia de Andalucía.


Si el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cartaya realmente quiere ser transparente, lo primero que debería hacer es cumplir con la ley sin que los ciudadanos tengamos que estar denunciándolos constantemente.
La transparencia no es un eslogan ni un favor que nos hacen. Es un derecho ciudadano y una obligación legal. Pero en Cartaya, parece que la norma sigue siendo la opacidad y la falta de control sobre el dinero público.